Desde España
Por Laura Trillo 
Comunicadora Felina/ Terapeuta de Gatos y sus personas/ Flores de Bach, Reiki
www.terapiafelina.com

Pese a lo que se cree, no deberíamos regalar un gato a ninguna persona, aunque sepamos de alguien que quiere tener uno y lo queramos hacer con muy buena intención. La razón es sencilla: todos tenemos derecho a elegir a nuestro compañero. Si esa persona que sabemos que quiere un gato, aún no lo tiene, quizás no sea el momento o quizás no ha encontrado al gato que busca. Podemos orientar, ayudar, pero la elección final ha de ser de la futura familia de nuestra mascota.

Hay muchos tipos de gato, independientemente de su raza, si tiene pelo largo, corto, es más tímido, activo, asustadizo, cariñoso o independiente. Cada persona ha de encontrar al gato más compatible para sí mismo, ha de conectar y no debe ser elegido por una serie de condiciones de aparente conveniencia.

No debes tener expectativas, porque nuestra mascota es un compañero de vida, sintiente, muy sensible y emocional, que tendrá necesidades, y buenos y malos momentos. Este gato caminará contigo una fase importante de tu vida y de paso, te enseñará muchas cosas sobre ti.

¿Qué pasa si tenemos un gato y queremos otro?
Lo primero es asegurarnos de que nuestro gato aceptaría la compañía de otro. Si es un gato que ya lleva unos años viviendo solo y nunca ha tenido compañía de otros gatos, quizás prefiera estar solo. Los gatos no necesariamente tienen que vivir con otros gatos, pueden vivir felices toda su vida con nosotros y ningún otro integrante. Ahora, si estamos seguros de que nuestro gato aceptará un compañero, es preferible que sea del sexo contrario, y que sea un gato más o menos de la misma edad, y sociable, así serán más compatibles. Si tenemos un gato mayor y adoptamos un gato pequeño o muy joven, no tendrán las mismas ganas de jugar, el más mayor querrá tranquilidad y puede sentirse demasiado acosado por el gato pequeño.

¿Qué hacer si tenemos un perro y queremos un gato?
Lo más importante es estar seguros de que nuestro perro aceptará un gato sin problemas y no le hará la vida imposible o peor aún, no intentará agredirlo. Para eso podemos llevar a nuestro perro, y probar en la gatera o por fuera para ver su reacción ante los gatos. En caso de tener perro podemos buscar un gato adulto que ya haya convivido con perros, o quizás un gatito más joven y sociable que pueda ir aceptándole poco a poco.

Entre gato y perro también surge el enamoramiento o conexión, y todo es más fácil si haces caso a esto sin forzar, pero no olvides que siempre hay una adaptación necesaria, un tiempo, hasta que los animales confíen el uno en el otro y puedan convivir. No te desanimes si los primeros días el gato está asustado, bufa, se mantiene distante o no quiere saber nada del otro gato o nosotros, es normal.

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