Por Alvaro Santi

En el chamanismo existe la tradición de destinar un objeto a una función determinada para activar fuerzas en nuestro interior. La mente inconsciente acepta la ilusión de que un objeto puede emanar energías positivas o negativas hacia nosotros o nuestro entorno si ha sido testigo de una situación o cargado de una intención.

En este artículo aprenderás a beneficiarte de esta práctica ancestral.

Para este ejercicio necesitarás:

Un par de ramas de salvia
Una vela plateada y otra dorada
Fósforos
Un recipiente con agua
Una cucharada de sal
El objeto que será consagrado

Pero primero pregúntate, qué cualidad deseas desarrollar o potenciar en ti: ¿es la salud, vitalidad, fortaleza interior optimismo, seguridad, protección, imaginación?

Luego escoge un objeto que pueda representar esa cualidad, por ejemplo un sol de cerámica para el optimismo y la vitalidad o una luna de plata para la imaginación. El objeto también puede ser construido por ti mismo, con tus propias manos, lo cual le dará mayor fuerza.

Para comenzar ubicarás todos los elementos mencionados sobre una mesa que servirá de altar. En el extremo izquierdo colocarás la vela de color plata que simbolizará las fuerzas receptivas del universo y en el extremo derecho la vela dorada para simbolizar las fuerzas activas. Al centro coloca el objeto que será consagrado. Comenzarás por encender las velas con un fósforo, primero la plateada y luego la dorada, luego dices en voz alta:

“Fuerzas receptivas y activas del Universo actívense en mi para consagrar este elemento y así poder servirme de su energía”.

Acto seguido, acercas tus manos al agua con sal sin tocarla. Tu mano izquierda con la palma hacia arriba y tu mano derecha con la palma hacia abajo y dirás:

“Con el poder que me confieren las fuerzas luminosas del universo bendigo esta agua para mi sagrado propósito”.

Mantén tus manos en esa posición sobre el recipiente con agua durante un minuto, mientras imaginas que una luz blanca ingresa a tu mano izquierda y, al mismo tiempo, imagina que la misma luz surge de tu mano derecha realizando de esta forma tu objetivo.

Ahora une tus dedos pulgar, índice y medio de tu mano derecha, mójalos con el agua y rocía con ella el objeto y dices:

“Con esta agua bendita retiro de este objeto cualquier energía de baja frecuencia que haya registrado anteriormente. Que así sea”

Realiza esta operación tres veces seguidas.

A continuación, enciende el extremo de una rama de salvia a modo de incienso y pasa el objeto por el humo para completar la purificación.

Luego toma el objeto con ambas manos, acércalo a tu boca y dices:

“Aquí y ahora tengo el firme propósito de consagrar este objeto con la fuerza de (mencionar aquí a cualidad que deseas despertar en ti) para ser utilizado en mi beneficio (o para beneficiar a una tercera persona que nombrarás aquí). Que así sea, que así sea, que así sea”.

Para finalizar sopla delicadamente sobre el objeto.

Realizarás esta última parte del ejercicio siete días seguidos encendiendo las mismas velas cada vez y apagándolas cuando termines el ritual.

Después de ese tiempo desarmas el altar y si lo quieres, puedes utilizar tu objeto de poder llevándolo contigo o ubicándolo en algún lugar clave de tu casa u oficina.

En el caso de que lo hayas consagrado para otra persona puedes entregárselo como un obsequio pidiéndole que lo ubique unos minutos sobre su corazón para tomar contacto con él.

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