Por Valeria Solís T.
Terapeuta energética Adaba. Escritora. Periodista UDP
Directora Mirada Maga Ediciones. IG @MiradaMaga

Terapeuta e investigadora, Gloria Liberman (Santiago, 1953) ha hecho un recorrido de aprendizaje y práctica de diversas técnicas llegando a ser maestra de reiki, tarot, cábala, astrología, pero desde hace más de una década ha enfocado su experiencia (catorce años vivió en África) y conocimiento en la Ancestrología, una técnica donde confluyen diversas corrientes sistémicas que le dan importancia a los lazos familiares. Actualmente junto con el también destacado terapeuta Pedro Engel imparte talleres anuales para futuros ancestrólogos. Con él también ha publicado cinco libros ( «Los sueños, interpretación y experiencia»; «Caminos alternativos de sanación»; «La sabiduría del zodíaco»;  «Medicina alternativa» y «Ancestrología en la Empresa») Conversamos de sus búsquedas personales y de la forma de sanar las relaciones con los ancestros.

¿Cómo llegas a las terapias de sanación?

-Empecé haciendo estudios etnobotánicos en la zona de San Pedro de Atacama, pues siempre me interesó la sanación natural  y el cómo los pueblos autóctonos lo trabajaban, y realicé estudios sobre las plantas medicinales que ellos usaban. Eso fue en los años `70. Después fui parte de un grupo con Pedro Engel y juntos empezamos con tarot y otras experiencias chamánicas hasta que me fui a África y realicé mis primeros trabajos más antropológicos, de investigación y terminé aprendiendo y trabajando con los chamanes.

¿Y cómo llegas A África? No es fácil…

-Llegué a Mozambique por razones personales (con su actual marido); fue el año 1986, después me llevé a mis tres hijos, y ahí empiezo la investigación y después consigo un trabajo en el área de género, por mi otro lado profesional, el de las Ciencias Sociales, y trabajé con el gobierno de Mozambique y la Unicef en un proyecto de mujeres de zonas rurales y ahí fui combinando las dos cosas.

Al vincularte con el chamanismo ¿qué características encontraste en la práctica que se hacía?

-Todo lo que me sucedió allá me cambió la vida, me cambió la visión, porque allá tienen una visión completamente holística. El chamanismo no es de consulta esporádica, es una actitud frente a la vida. Para ellos, la enfermedad es cualquier desequilibrio en la vida, cualquier cosa que no funcione, desde tener problemas con la pareja, que te roben las gallinas, que te desarmonices… No es sólo lo físico, y eso ya es motivo de consulta con el chamán, o curandero como le llaman, y él tiene que adivinar lo que le pasa al consultante. Por eso ellos decían que no les gustaba ir a los hospitales porque el médico pregunta todo, entonces creen que los médicos no saben nada. Los chamanes saben porque adivinan todo.

¿Y eso lo logran a partir del uso de plantas, tabacos o percepciones?

-Sí de percepciones, no por el uso de plantas; entonces, así como uno usa las runas o el tarot o diversos medios para acercarse a las personas, ellos ven cuál es la problemática. Además tienen un abordaje sistémico, pues ellos ven la problemática en conjunto. De partida piensan que todos los ancestros están vivos, y no sólo eso, sino la mesa, la silla, todo está vivo. Y si tus antepasados están vivos, toda tu estabilidad y tu fuerza depende de que estén bien contigo y tú estés bien con ellos. Cualquier desarmonía pasa por restablecer el equilibrio en relación a ti, a tu entorno, tu familia y tus ancestros, porque  algo hay ahí que está provocando este problema.

¿Cómo resuelven los problemas?

-De una forma holística, porque los tratamientos no solo involucran a la persona que va a consultar, sino también a la familia, la comunidad, el grupo, el barrio. Después usan las raíces de las plantas, no las hojas, porque ellos dicen que las raíces tienen más fuerza que las plantas, y hacen un trabajo que Jodorowsky llama acá la sicomagia, que en el fondo es un trabajo de reparación simbólica de lo que sucedió para compensar las cosas. Es bien completo el trabajo.

¿Y cómo la recuperación de una persona afecta a la comunidad?

-La comunidad se beneficia aunque no se traduce en que no tengan conflictos, sino que son más felices. Tienen dificultades, igual que nosotros, pero ellos son más expresivos, son más confrontacionales, se enojan, se pelean igual, pero son más felices y se nota: la gente baila en la calle, se ríe, canta. Aunque son pobrísimos en lo material, se nota gente feliz, porque disfrutan el hoy, el ahora.  Viven el hoy dentro de lo mejor que pueden.

¿Ese aprendizaje cómo lo incorporaste a tus terapias?

-Cuando yo llegué allá, me dijeron que si yo quería que me fuera bien en mi vida necesitábamos hacer una ceremonia ritual para atraer a mis ancestros, mis antepasados, «porque sin ellos no eres nadie, porque te vemos, pero no te vemos ‘realmente’, necesitamos que estén contigo».

¿Indistintamente a que conozcas o no a tus ancestros?

-Claro, aunque yo tenga conciencia o no de que ellos existan, tengo que hacer un ritual para atraerlos a donde yo estoy viviendo, entonces ahí me di cuenta de la importancia de los rituales en la vida. Este llamado de los ancestros fue muy fuerte, potente. Hace 30 años no llegué a captar y asimilarlo todo, pero con los años me fui dando cuenta. Yo llevaba una comunicación epistolar con Pedro (Engel) donde le describía y contaba en largas cartas los rituales que hacía y él hizo un grupo y reproducía los rituales que yo le iba contando, y empezamos con esto, a trabajar los ancestros, los rituales, el chamanismo. Yo tenía una relación no muy cercana con mis padres, me sentía lejana, y Pedro tampoco tenía una buena relación con sus padres, aunque vivía en el mismo sitio y la fuimos mejorando. Después fui aprendiendo en talleres la propuesta de la sicogenealogía de Jodorowsky, como hace unos 25 años atrás, e investigué otras miradas, y luego me formé por tres años en constelaciones familiares.

¿Y qué importancia tienen los ritos?

Existe esa alma ancestral que está viva, y los ritos te conectan con eso y marcan un hito en cada historia; así como nosotros tenemos rituales del bautismo, del matrimonio, hay muchos otros rituales que en la medida en que puedes reencantar la vida cotidiana o darle un sentido más sagrado, puedes transformar tu vida en algo más allá de la rutina, empiezas a darle un sentido especial.

¿Qué significó el rito que tuviste en África?

-Encontré trabajo, me fue bien en mi relación de pareja, con 30 años juntos (ríe). Lo que te da esto es que te fortalece. Cuando sientes el apoyo de tus ancestros, que están contigo, tú te sientes más fuerte, sientes que vas caminando por la vida con más seguridad y eso se nota.

¿Indistintamente a que la persona haya conocido o no a sus padres o abuelos?

-¡Claro, porque es una cosa de energía! A mí me sirvió en lo práctico en ese momento, pero también como me interesaba en la antropología, lo encontré muy interesante también y escribí un libro “Magia y chamanismo en la vida cotidiana” (1999, editorial Grijalbo) en un momento en que regresé a Chile, pero después volví a África, y viví en Kenya unos seis años.

¿Las realidades son similares entre un país y otro?

-En África en general son parecidos, hay elementos ancestrales que los unen, pero además han sido colonizados por distintos países y eso va determinando las distintas culturas, Mozambique fue por portugueses y son más latinas y uno se siente más cercano; Kenya, es colonia inglesa y es muy diferente, hay desconfianza y racismo mutuo; de parte de los negros hacia los blancos hay una lejanía. La vida que se vive es más natural, la vida y la muerte forman parte de lo mismo. Es un todo.

¿Cómo defines la ancestrología?

-Es una integración de muchas corrientes: las constelaciones familiares de Hellinger, Jodorowsky con la sicomagia, los rituales africanos, la sicogenealogía, Lola Hoffmann. Como incluye diversas técnicas, una actitud diferente frente a la vida y mucha creatividad, es más amplio. Por ejemplo, en la formación que hacemos con Pedro, también estamos incluyendo el oráculo ancestrológico, que es una especie de tarot donde podemos ver un panorama sistémico de lo que está ocurriendo. Incluimos mucha creatividad en el sentido de rituales, música, arte de todo tipo.

¿Depende del consultante los elementos que aplican?

-Hay muchos ceremoniales y ritos que se incorporan a las sesiones. El propósito es resignificar lo que sucedió, y como herramienta de sanación es más potente: por un lado trabajamos sin cortes (de relaciones), estamos componiendo y recomponiendo los lazos que se rompieron. En ese sentido nos sentimos más cercanos a lo que dice Bert Hellinger en las constelaciones familiares, sobre la energía del amor, de ser capaces de ponernos en los pies del otro. Reconstituir los lazos, que por algún motivo se interrumpieron, y poder verlos y sanarlos con amor.

¿Y eso se puede reparar en una sesión?

-Sí, en una sesión individual se puede reparar, dependiendo del problema.

¿Y una persona que tiene resentimiento con su padre, por sentir que fue injusto o malo?

-Claro, a nadie le ha tocado fácil, podría decirte que la mayoría de las personas tienen infancias muy difíciles, con maltratos, abusos de todo tipo; yo ahí aconsejo venir a los talleres, porque como se trabaja en grupo se da una energía muy fuerte para la sanación, y como se comparten experiencias, suelen llegar personas con la mismas historias, se arma una sincronía especial. Es tan potente lo que pasa en ese momento que la persona siente un remezón emocional muy fuerte y se da cuenta de lo que pasa.

¿Por qué logra comprender al otro o se libera del peso de lo que vivió?

-Todo junto, pero dependiendo del caso la sesión puede demorar una o dos horas, aunque a veces la persona demora menos también. En mi experiencia, yo hago talleres todos los meses, y todas, todas las personas entran con una cara y salen con otra, ninguna persona dice quedar igual y que no le pasó nada.

La información no le llega a la persona desde un aprendizaje teórico.

-No, lo vive, es una experiencia, lo siente.

¿Qué elementos son claves dentro de la Ancestrología y que la gente debiera considerar en su cotidianidad?

-Hellinger dijo en un libro a modo de conclusión, que al final todo se resume en amar a su mamá, en llevarse bien con la madre, porque esa relación es la más importante. Si no se logra eso, estás fregado.

-Es importante, porque la madre es el primer vínculo amoroso que tenemos, desde el estar adentro, desde amamantar, ahí uno aprende a recibir y a dar. Si por alguna razón este vinculo se rompió, lo primero que hay que hacer es sanarlo.El proceso siempre es dentro del corazón, cuando se sanan esos dos vínculos te puede ir bien (en la vida). Si uno lo ve desde el punto de vista sistémico, al alma no le interesa si los padres fueron buenos o malos, no le interesa el detalle, al alma le interesa la supervivencia del sistema, y si te dieron la vida basta para el sistema. Por otro lado, la gratitud es otro pilar clave: agradecer a los ancestros y a los padres, porque desde ahí te llegó la vida.

El tema de la madre implica incluso el conseguir dinero…

-Exactamente tiene que ver con el dinero y con el éxito, eso lo explicamos claramente en el libro sobre las empresas, y esto ocurre porque la madre es el primer alimento.

Pero puede ocurrir que hasta en una relación de pareja las personas terminen buscando al padre o a la madre.

-Por eso es fundamental sanar la relación con los padres, para poner a los padres atrás y en el corazón. El problema es que todo lo que no tuvimos de los papás se los sacamos en cara a los otros, y lo que ocurre es una queja constante en la vida, que te hace infeliz, y que en el fondo es el reclamo que uno le está haciendo a sus padres.

Es un cambio complejo…

-Hay que ponerse en el lugar de la mamá, porque muchas veces no nos damos cuenta cuál es la situación que ella vivía cuando nos tuvo a nosotros, ahí puedes darte cuenta qué vivía ella. A ellos les costó, porque sus padres tampoco fueron perfectos. A veces los padres no pueden dar más porque simplemente nunca recibieron algo diferente. Estas cosas vienen en los árboles familiares desde atrás y eso se ve, se ven niños abandonados, abusados y de ahí han nacido otros hijos que no han sido queridos. Yo pienso en mi historia, que todos vinieron de tan lejos, rusos, de zonas de Ucrania, cuando empecé a investigar mi historia, vi puros dramas.

Pedro Engel sugiere el tema de hacer un altar a los ancestros.

-Sí, eso se hace mucho, en todas partes, en África, en Asia, en China se da mucho, en el Oriente lo ves.

¿Y qué significado tiene?

-Acá le tienen terror a los muertos, pero si haces el ejercicio y los honras, le das las gracias, a ellos les gusta, pero acá todos esos temas son tabú. Yo tengo un pequeño altar con mi mami y mi papi, es una forma de agradecer, por ellos tengo la vida, además me dieron una educación, y lo que ellos no recibieron, no me lo pudieron dar. Y lo que no me dieron lo voy a conseguir yo, con mis manos, con mi trabajo.

¿El darse cuenta, se refiere a qué lugar ocupa cada uno en el sistema familiar?

-Claro, pero cuando se hacen los árboles familiares uno se da cuenta que se repiten historias. Por ejemplo, cuando los ancestros han venido de lejos; en generaciones posteriores hay un impulso para viajar, una búsqueda de lugar, de territorio. Se repiten nombres, enfermedades, tipos de relaciones, muertes, etc. Hay una energía que viene en el árbol familiar y se empiezan a repetir los cuentos una generación tras otra.

¿Hasta qué punto uno tiene una libertad de acción?

-Es relativa, el libre albedrío es relativo. Pero cuando uno toma conciencia de las repeticiones en el árbol (familiar) recién se puede ser más libre para tomar las propias decisiones. Cuando uno actúa como piloto automático, solo estás reaccionando, y en vez de hacer algo nuevo o diferente vas atender a la repetición. A veces no son ni siquiera temas de uno; analizando los árboles es impresionante verlo, por ejemplo por lealtad invisible estoy realizando la vida de mi abuela o repitiendo las enfermedades de mis ancestros. El camino es reconocer al otro, al ancestro, al excluido y entregarle el destino a él para uno liberarse.

¿Ustedes son precursores de la Ancestrología, sientes que se están abriendo este tipo de terapias?

-Sí mucho, esto es muy bonito porque es sanación con amor. Al final uno es el representante de un árbol familiar, y si estás mal con la familia, estás mal con tu respaldo, es lo único que tienes. No digo que uno tiene que seguir a la familia en todo, sino que salir del esquema, pero para eso primero hay que reconocer y honrar desde donde uno viene, aceptarlo. Primero tiene que decir «sí» a todo, a todo lo que te pasó en la vida, y después haces lo que quieres, pero si uno lo niega se transforma en un problema, es lo que te va a empujar a hacer las cosas que no quieres. Si quieres ser feliz, honra a tu padre y madre, honra a tus ancestros y actúa con gratitud. Eso es ponerlos a todos ellos en el corazón, con amor, más allá de lo que hicieron o no por ti. Eso ayuda a sanar.

Fotografía principal: Valeria Solís T.

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