Por Valeria Solís T.
Directora Mirada Maga

Más de 50 años de trayectoria o quizá es mejor decir, poco más de 70 años en que este artista, director y productor de televisión ha hilado su vida de la mano de la creatividad, del empuje, de la originalidad, de la sorpresa, del dolor e incluso al borde de la muerte, haciéndole el quite con garra.

En los ’70, Serge Francois, dirigió programas de televisión emblemáticos de la entonces televisión pública y educativa, Televisión Nacional de Chile, programas que quedaron en la retina de generaciones de chilenos: «Música Libre», «Pin Pon» o «Buenas Tardes, Mirella» eran esos espacios que lo llenaban de alegría y amabilidad entre pasillos. También hizo mucho teatro, clases, y produjo largometrajes como «El chacal de Nahueltoro» a partir del cual forjó una amistad hasta el día de hoy con Nelson Villagra y dio por terminada otra, la amistad con Littin.

Los años 60 y 70 fueron bullentes para su desarrollo artístico y profesional, pero todo fue interrumpido el día que le tocó cubrir el discurso del Presidente Allende en la Moneda. Era el 11 de septiembre de 1973. Lo que vendría sería expulsión, dolor, silencio, muerte y oprtunidades que debió generarse en Francia. Algunos pensaban que había muerto, otros lo olvidaron o directamente le cerraron las puertas. No fue fácil entonces volver a Chile en 1991 y tratar de reintegrarse al mundo cultural chileno. No fue ni ha sido fácil, pero ahí está, con su tono de voz cansino que no parece chileno y una sonrisa que se atropella entre recuerdos.

Nada ha sido convencional, ni siquiera el comienzo.

«Cuando llegué a Chile como a los 10 años, yo venía de Estados Unidos y no sabía hablar español por el trabajo de mi papá que era ingeniero y militar. Él era descendiente francés y habíamos estado cuando chicos allá, pero no lo recordaba. Primero estudié ballet en el Municipal».

¿Querías ser bailarín?
-¡Sí!, quería ser bailarín, ¡y clásico!, pero el porte no me daba, cuando las bailarinas se ponían de punta yo me quedaba chico. Yo era estudiante de colegio y me inscribí en la compañía itinerante del Teatro municipal, pero después, antes de salir del colegio, me inscribí para hacer el servicio militar con un amigo.

¿Cómo?¿Y ese cambio tan radical?
-Sí, yo quería hacerlo adelantado. Es que mi padre era militar, pero era democrático y por eso fue asesinado también en 1979. Recuerdo que incluso le hicieron honores como si hubiera muerto normalmente, pero no fue así, lo enterraron con las botas puestas para atrás. Era Coronel. Gracias a mi padre yo conocí mucho el mundo, la literatura, el arte, incluso me dejó sin problema estudiar ballet, sólo un día me advirtió: Si ves cosas raras, tú dices que no, no más.

¿Y cómo fue lo del servicio militar para alguien con tus características artísticas e intelectuales?

-Levanté con unos amigos una compañía de teatro aficionado y teníamos un profe de filosofía que nos asesoraba e incluso un día llegó Marcelo Romo, que ya estaba en segundo año de teatro en la universidad a enseñarnos. Mario Lorca también me sacaba e íbamos al Bosco, que era un lugar donde se reunían los actores, poetas, periodistas.

¿Después estudiaste en la Escuela de Teatro en la Chile?
-Sí, soy de la generación de Pato Achurra, de Edgardo Bruna, entramos como 30 y en segundo año ya éramos como 10. Tuvimos profe de la generación del 41. Pero partí estudiando de noche, porque en el día estudiaba antropología y después pasé al teatro al horario diurno, no sé cómo me daba tanto ¡el cuesco! (risas)

Con un grupo de amigos funda la compañía de teatro “Argos” cuyas obras eran dirigidas por distintos profes de la U, como el mismo Lorca o Sergio Román.  Su carrera comienza a forjarse en fotonovelas y en Teatro, esto último lo llena de orgullo. Compartió en los 60 con el incipiente Ictus, con la cía de Ana Gonzalez,  amigo de Víctor Jara, incluso lo reemplazó en unas clases de teatro que daba en Ñuñoa. Malú Gatica, Lucho Córdova, Rafael Benavente, Bélgica Castro, Alejandro Sieveking, Delfina Guzmán, Marcelo Romo, Aníbal Reyna, Shenda Román, Fernando Gallardo, Luis Alarcón, Carla Cristi, Nelson Villagra, Leonardo Perucci, Pepe Duvachelle serían parte de sus amigos y compañeros de escena.

Serge con Staicy Kichy

¿Pero eran años de teatro y otras artes?
-Además de teatro empecé a hacer revistas de fotonovelas que hacía Guido Vallejos, el mismo de Barrabases. Con Leonardo Peruggi (actor radicado en Costa Rica), trabajábamos durante el día en la oficina y después nos íbamos a hacer alguna obra. Perucci dirigía y yo hacía la producción de las fotonovelas. En esos años reemplace a Víctor Jara en sus clases que él hacía en Ñuñoa con quien éramos muy yuntas desde la Escuela, y también trabajé en el teatro que tenía la Ana González en esos años en el Petit Rex Y después me metí a la televisión. Me gustaba la televisión por la magia, se hacía televisión en directo, dramatizaciones como O´higgins con batalla ¡todo se hacía en directo! Yo desde el comienzo funcioné bastante bien como productor de televisión hice hartas cosas con Littin hasta que llegó un momento en que no nos hablamos más.

En 1969 gana el concurso público para ingresar al Canal 7 del Ministerio de Educación, futura Televisión Nacional de Chile, de la cual es Director fundador. François dirigió alrededor de 9 programas, mucho emblemáticos, porque para él eran un aporte importante en la educación de la ciudadanía. Había convicción.

Tú haces historia cuando llegas a Televisión Nacional de Chile, de fines de los 60…

-Pero antes fui asistente de dirección de Hugo Miller en canal 13, donde también actuaba, eran teleteatros históricos. En 1970 dirigí como 4 programas, fui actor de La Manivela con Delfina, Andrés Rillón, antes de que llegaran Sharim, eso es después.

Pero días antes del 11 de septiembre del 73, Augusto Olivares, director del canal le había pedido se hiciera cargo de transmitir y grabar el “llamado a Plebiscito que haría el Presidente Allende”. Ahí estaba, en La Moneda, siendo testigo de la historia. Salió del edificio a culatazos y junto con los demás periodistas y trabajadores. Lo obligan a tenderse como prisioneros de Guerra, boca abajo. Los prisioneros fueron conducidos a diferentes lugares. François junto a otros prisioneros fue llevado a un regimiento. Fue torturado. Varios días después el suboficial a cargo había sido chofer de su padre en el regimiento Arauco(Osorno). Se reconocen.  le dice que junto a otro colega de Canal 13 serán los últimos en embarcarse en su camión. Cuando la columna de camiones avanza por el borde del entonces Parque Cousiño, el militar le dice a François y a su amigo periodista: “salten y que Dios los acompañe”. Saltaron, rodaron y corrieron hacia la Escuela de Ingeniera de la U.de Chile de Beauchef. Luego vendrían meses de espera en la oficina de la Embajada de México. Estuvo casi 3 días en un avión sin luz, agua y alimentos. Humillación del poder.

¿A dónde llegaste primero?

-Cuando me voy exiliado de Chile llego a México, pero estaba como copado de chilenos. Allá intenté hacer los programas de televisión que yo hacía acá, estaba con otros amigos de la television. Un productor muy importante me apoyó y dijo «si tienen que hacer Pinpón, si tienen que hacer «Música libre o «buenas tardes, Mireya», yo me encargo, pero teníamos que hablar con el director de televisión. Finalmente no se pudo.

François y su familia ( su primera mujer y dos hijos) se van a Paris, allá está la casa de su primo Robert. Decide, inscribirse en la Universidad de la Sorbonne, para hacer una Maestría en Teatro. Se instala con su familia en la ciudad Universitaria Jean Zay de Antony, situada al sur de Paris, camino a Versalles, llena de bosques y castillos. Al poco tiempo François es elegido Director del Taller de Audiovisuales. Después trabaja como director de programación y espectáculos para Chants du Monde France y Dicap Chile; Programa giras de grupos chilenos como Quilapayun, Aparcoa, Inti-Illimani, Isabel y Ángel Parra. Dirige espectáculos en el Teatro Olympia con ellos y otros músicos.
Durante su estadía es parte de una serie de montajes de compañías francesas actuando en obras como «Los Miserables» de Víctor Hugo. En cine participa en más de una veintena de producciones francesas.

Pero no fue del todo fácil en Francia

-Allá estaba mi primo, que era amigo de Cortázar, y gracias a él pude insertarme en producciones de teatro, y también en el cine. Paralelamente como yo estaba con mi mujer y mis dos hijos buscaba estabilidad para que ellos crecieran bien y eso lo logramos cuando conseguimos vivir en el Campus de estudiantes y me puse a hacer una maestría en antropología. Vivi como estudiante con mi familia como 8 años.

En 1991 Serge puede regresar a Chile, pero viene con un un mandato bajo el brazo, la televisión francesa le encarga un documental sobre la cultura incaica desplegada no sólo en Perú, sino también en Bolivia y Chile.

Serge Francoise se reencuentra con una nueva generación de espectadores a través del Dating show «Amor Ciego» al interpretar a un gentil mayordomo. En la imagen junto a Katthy Kowaleczko

¿Cuando regresas a Chile, te insertas en cine, teatro?
-Voy a la televisión, pero nada era igual. Recuerdo que en 1992 me topo con María Elena Duvachelle con quien habíamos  compartido antes de irme y me dice que la cosa estaba muy difícil. Creo que conseguí un bolo en el programa de humor «Medio Mundo» y no pude quedarme. Después me ayudó Elba Alarcón de canal 13 que me decía que me recordaba mucho, que yo era muy alegre y que ahora me venía tan triste. «te va a ayudar hacer bolos y después saltas a un personaje, porque tú fuiste figura, no aceptes otra cosa», me dijo. Me contactó con Oscar Rodríguez y llegué a Marrón Glacé a hacer un papel que no existía, Ana González necesitaba un chofer.

Después vendrían papeles en dviersas películas chilenas que le darían forma a la nueva industria del cine. Estuvo por ejemplo en Amnesia (G. Justiniano) Mi último hombre (T.Gaviola) Viva Crusis (P. Kaulen), Cachimba y Coronación (Caiozzi) El hombre que imaginaba (Sapiain).

Actualmente ha podido salir adelante con apariciones en la publicidad extranjera donde siempre es cotizado, sin embargo, en el último tiempo vivió otra experiencia límite. Tras una intervención equivocada y negligente en el Hospital Salvador, François estuvo al borde de la muerte. Casi son poder caminar sólo hace unos meses ha podido salir adelante de la pesadilla física, emocional y económica que debió atravesar. El apoyo de su actual mujer, Trizia, sin duda ha sido una fuerza incondicional notable.

Paralelamente, la participación colectiva y comunitaria es algo que siempre lo lleva de la mano, ( en 1998 con su mujer Trizia y un grupo de vecinos funda la Agrupación Cultural Parque Forestal), por eso no es extraño que uno de sus sueños futuros es irse a la región de Los Lagos e instalar un faro. No cualquiera, uno que sea espacio cultural, pero también ilumine y llena de esperanza, de luz, de búsqueda.

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