A través del masaje, la terapeuta Daniela Flores ayuda a remover las emociones negativas que quedan estancadas en el cuerpo. La técnica, es la disciplina desarrollada por el discípulo de Freud, Wilhelm Reich ( el mismo de la energía orgón) llamada bioenergética. ¿Es posible que podamos guardar la rabia o la pena y transformarla en una enfermedad física? Todo indica que sí, por eso, no sólo es importante aprender a canalizar dichas emociones en su momento, sino también desbloquearlas cuando quedan ahí, escondidas en el cuerpo. Quisimos comprender más en qué consiste esta terapia y la historia de esta terapeuta que es periodista de profesión, pero que tras una crisis de salud, hizo un vuelco en su vida, para ayudar a sanar a otros.

Estudiaste periodismo…

-Sí soy periodista, también hice un diplomado en comunicación empresarial y después un magíster en comunicación empresarial.

¿Cómo se provoca el cambio desde esa práctica comunicacional y a las terapias, era una idea que tenias de siempre?
-No, para nada, yo estudié periodismo y por cosas de la vida me fui especializando en el área minera, estuve trabajando en una buena empresa del sector, estaba bien, pero bueno, creo que las emociones y la necesidad de perfección que tenía de querer ser la hija perfecta, la mujer perfecta, la superwoman me pasaron la cuenta.

¿Qué pasó?
-Yo me titulé el 2002 y en 2006 me dio un cáncer en el cuello del útero, que si bien se dice que es producto del papiloma humano, yo averigüé el porqué me había dado, pero desde la parte emocional, ¡Y claro! todo calzaba. Si bien hay un tema científico y físico, también hay otra información detrás, que se refiere a tu parte emocional que también pesa y provoca consecuencias.

Pero no todos tienen la misma vulnerabilidad frente a ese virus…
-La vulnerabilidad que tuve fue un alto nivel de estrés, un alto nivel de perfeccionismo, y además estaban los conceptos sociales que yo también tenía, las metas de salir de la universidad, casarme, tener hijos. De hecho en esa época yo estaba de novia, pero después decidí no casarme, y un día voy al médico y me quedó la escoba, porque me dice ¡te operamos ahora o te tendremos que sacar todo¡ (su aparato reproductivo) o sea, a los 26 años me estaban diciendo que yo no podría ser mamá, ¡que me podrían sacar el útero! Eso fue un balde de agua fría desde la cabeza a los pies.

¿Qué pasó finalmente?
-Me operé y salió todo bien. Pero paralelamente hice mi proceso de sanación sicológico y resultó rápido, porque me inicié en reiki ese mismo año 2006. Me opero y a los pocos meses ya estaba aprendiendo reiki.

¿Esa inquietud surgió por tu necesidad de sanar en todos los ámbitos no?
-Claro, porque en una primera etapa hice de todo. Probé de todo, porque cuando estás enferma ya estás vulnerable y buscas todas las salidas posibles, me decían escribe a los tupiara, lo hice, toma noni, yo tomaba, y es curioso porque hoy atiendo a varias personas que tienen cáncer y cuando me dicen que tomaron o probaron tal cosa, yo también lo había hecho; lo que ellos viven a nivel de presión familiar, social, lo entiendo.
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¿En ese mar de búsquedas el reiki fue lo que resonó más en ti o hubo otra cosa también?
-Exacto, me hizo más sentido, y después en 2007 y 2008 empecé a estudiar un tema que es el que hoy practico y enseño, que se llama bioenergética. Lo estudié con un muy buen maestro, del centro experiencial para el desarrollo humano que hay en Santiago. Me interesó mucho el tema de cómo las emociones influyen en nuestro cuerpo y cómo las emociones nos van enfermando.

Y cuáles son las características de bioenergética que te hicieron sentido?
-Aprender qué es lo clave, que las emociones mal administradas enferman al cuerpo. Por ejemplo, el bruxismo que lo tiene la mayoría de los chilenos, se provoca por la rabia acumulada y no expresada, uno aprieta el músculo, aprietas los dientes, que son las ganas de morder al otro, pero al final lo que haces es guardarla en el sector de tu mandíbula, te comes la rabia, y esa la rabia te genera bruxismo, cefaleas crónicas. ( Disciplina desarrollada por los médicos Wilhelm Reich (alemán) y Alexander Lowen -estadounidense).

¿Y en qué se tradujo el estudio de esta disciplina?
-Cuando lo conocí me gustó tanto, tanto que lo estudié e hice el nivel 1, el 2 y en realidad hasta el día de hoy estudio y me perfecciono en bioenergética.

¿Y como terapeuta de bioenergética ayudas al paciente por medio de un masaje en el cuerpo?
-Sí, pero es un todo, es un todo. Si bien se aplica o se resuelve a través del masaje bioenergético, también estoy estudiando para ser terapeuta humanista transpersnal para complementar la atención de pacientes. Mi idea es tratar la bioenergética con otras técnicas como la hipnosis, la neurolingüística, hacer sicoterapia en el fondo.
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Daniela, cómo se puede explicar que las emociones, que también se vinculan con la mente, puedan traducirse en el cuerpo?
-Las emociones no son malas en sí mismas, como la pena, la rabia. Lo que sucede es que tener tanta pena, que se transforme en un sufrimiento es lo complejo. Si expresas la rabia con un: “tengo rabia porque me hiciste esto” al no guardarlo para que se convierta en rencor, se provoca un efecto sanador para mí como ser interno.

Como es a través del masaje que vas desbloqueando las emociones estancadas en el cuerpo, ¿eso quiere decir que hay una especie de mapa en el cuerpo o es azaroso?
-Sí, tenemos un mapa en el cuerpo, que va desde la cabeza a los pies; también tenemos circuitos de tensión corporal que son el rostro, la cabeza, el cuello, la espalda alta, media, baja, los brazos, las manos, las piernas, los pies, y todo eso tiene un significado emocional. Por ejemplo, cuando nos empiezan a doler las piernas, nos da pesadez,  es porque las piernas, que con eso “sostengo”, o “me paro frente a la vida”, significa que puedo estar pasando un proceso de miedos no resuelto, Entonces si yo ayudo a desbloquear ese proceso de miedo, ayudo al otro, que se libere.

Esta terapia te ha significado aprender bien biología, anatomía

-¡Claro! porque es importante que yo pueda distinguir, y de hecho, por la complejidad de las enfermedades que me ha tocado ver en pacientes surgió mi necesidad de estudiar otras cosas también. Si te tomas seriamente este trabajo no terminas nunca de estudiar y aprender.

¿Basta una sesión?

-Puedes tener 3, 8 o más sesiones dependiendo del paciente. Por ejemplo, yo le puedo decir al paciente, tienes bruxismo, pero tenemos que empezar a averiguar qué lo provocó, se realiza sicoterapia también. A cada paciente que viene yo le elaboro una ficha y le hago una serie de preguntas que me permitan saber qué es lo que está pasando, en ese sentido me sirve mucho ser periodista, porque hago preguntas asertivas. Siempre les digo que es un proceso en el cual yo los acompaño, yo no impongo nada. Es un proceso de descubrimiento. Después de una primera sesión ( dos horas aproximadas) la persona se siente física y emocionalmente aliviada, pero también viene un proceso de depuración, y es probable que la persona vaya más al baño, transpire más, le duela la cabeza, llore más, o ande más rabiosa, es una purga, porque se remueven las emociones y la persona empieza a botar. Yo en ese proceso acompaño a la persona con cada sesión que se hace en la semana, pero la cantidad de sesiones se sugieren, no se obligan. Lo que se hace en otras palabras es desbloquear emociones e ir sacándolas capa sobre capa.
daniela 1Si alguien se siente desbordado, ¿te puede llamar a cualquier hora?
-No, es ordenado. Me pueden escribir, pero es una vez a la semana, en un contexto terapéutico, pero si hay una emergencia lo resuelvo en una pequeña sesión. Yo le informo a la persona lo que puede venir para que no se asuste o lo tome desprevenido, por ejemplo, puede que le dé colitis, pero eso no puede durar más de tres días y le digo a la persona que vaya a otro médico, porque puede haber otra cosa, una infección. Manejo un parámetro, y a la persona se le explica lo que se va a hacer y lo que eventualmente le podría pasar, pero sin predisponerla, sino orientándola de que viene un proceso de purga.

Se provoca una reacción física, pero también emocional, ¿qué puede pasar ahí?
-Puede sentirse con las emociones más exacerbadas, y ahí entra la contención sicológica del terapeuta.

¿Qué pasa si topas con un paciente donde descubres que hay otro tipo de enfermedades como depresión o bipolaridad, por ejemplo?
-Se deriva a un especialista. Para eso estudié, para poder distinguir y poder ver lo que yo no puedo resolver , pero que sí puedo complementar con la bioenergía. Y esa ayuda llega hasta donde yo abro alguna emoción, llego a un origen, pero ahí entra un sicólogo o un siquiatra si es un esquizofrénico, por ejemplo. La bioenergía es una terapia complementaria, y eso es muy importante que se entienda, porque no soy competencia de un médico, sino un complemento de terapia. Es necesario aunar fuerzas y conocimientos para sacar a la persona a flote.(Más información en www.bio-integral.cl)

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