Por Sergio Ureta
Escritor – investigador científico
Médico-obstetra
Autor de los libros “El ser humano una secuela del Big Bang”, “Inteligencia humana”, “Astrología, una verdad basada en la evidencia”.

Una de las teorías que sustentan la existencia de la conciencia es la que señala ésta posee una existencia atemporal, es decir que ha estado desde siempre, idea que se le atribuye a Tito Lucrecio, poeta y filósofo romano del I siglo a.c. El señalaba que el espíritu estaría compuesto de “átomos de espíritu”, así como la materia estaba compuesto de átomos de materia.
Por cierto, es interesante destacar que en esa época, el átomo era solo un concepto, su existencia no estaba demostrada. Muchos físicos cuánticos de la actualidad, tal como Roger Penrose apoyan esta idea, aunque un poco distinta, debido a los nuevos conocimientos. El físico menciona que hubo una proto-conciencia, un estado previo a la conciencia proveniente del mismo Big Bang, (al igual que los quarks, que son las micropartículas que conforman los átomos). Y que esta proto-conciencia se iba adaptando a las distintas estructuras vivientes de acuerdo con su estado evolutivo cerebral.

Otros postulan que todo en el universo tiene conciencia, pues sería una especie de energía que está incorporada en toda la materia. Uno de los trabajos emblemáticos en este sentido fue el realizado por el fallecido Masaru Emoto congelando el agua expuesta a diversas vibraciones sonoras, él apreció que el comportamiento del líquido variaba de acuerdo a los estímulos, ¿cómo sería posible?, él se lo explicaba porque en ella estaba presente algún tipo de conciencia.
Experimentos fueron repetidos por distintos autores y se cumplía esta respuesta en la cristalización del agua, también se han realizado múltiples experiencias con plantas y flores, demostrando los mismos resultados, es decir plantas y flores embellecen con estímulos gratos, y viceversa.
En este concepto de una conciencia universal destacan los panteístas, que es una filosofía que considera que la naturaleza, el universo entero, incluso una eventual deidad, es todo parte de una misma unidad. Pero así como el panteísmo, han aparecido muchas otras filosofías, incluso religiones que comparten parte de estas mismas creencias como el animismo, el hilozoísmo, panpsiquismo, el solipsismo, entre muchas otras.
Otro conflicto no resuelto en este tema es, si la conciencia es un concepto monista o dualista. Así, en la teoría monista se considera que cerebro, mente y conciencia son parte de un mismo proceso, lo cual podría compararse tangencialmente a los estados líquido, sólido y gaseoso del agua, que tiene un mismo origen esencial, el H2O.
En cambio la teoría dualista, considera que son dos estados muy distintos. Curiosamente un planteamiento que tiene más seguidores, incluso la mayoría de las religiones participan de esta idea. Así, la mente constituye una unidad con el cerebro, como un producto de éste; la mente es consecuencia del desarrollo cerebral, creciendo a través del lenguaje, el aprendizaje; la conciencia por su parte sería distinta porque se mantendría más o menos constante en el tiempo, sin mayores cambios en su esencia, excepto si experimentara una crisis emocional (positiva o negativa). Hay consenso en que tendría lugar un proceso de creación y desarrollo aún desconocido hasta ahora.
En este dualismo también existen otras variantes: están los que consideran que la conciencia es una entidad ajena al ser humano y que ésta ingresaría en nosotros al nacer y permanece incorporada de por vida, hasta el momento de morir. Y en esta circunstancia de “desprendimiento” del cerebro, algunos plantean que se incorporaría a una especie de conciencia universal y otros, que esta conciencia reencarnaría en un nuevo individuo.
Por cierto, también están los materialistas, quienes consideran que la conciencia es un producto evolutivo del cerebro y que desaparece con la muerte del individuo. En esta teoría se encuentran la mayoría de los ateos y parte de los agnósticos.

¿Qué dice la ciencia?
Aquí solo haré referencia a la conciencia abstracta que es lo propio del ser humano y no del resto de las especies.
Según estudios, el ser humano requirió de un cerebro con mayor crecimiento para que pudiera desarrollar una inteligencia y una conciencia abstracta. La evolución determinó que los seres humanos recién nacidos no tuvieran el cerebro completo, es decir, que éste sigue creciendo en número de neuronas después de haber nacido, por lo tanto, en sentido evolutivo, el neonato sigue siendo un feto por varios meses. Por ello tiene las fontanelas (mollera), que son espacios entre los huesos del cráneo que cicatrizan, en promedio, al 5º mes de vida, sellando este cráneo. Desde ese instante, el cráneo y el cerebro siguen creciendo al unísono.
También, al 5º mes se termina el proceso de multiplicación neuronal, manteniéndose el número de neuronas más menos constante por el resto de la vida, lo cual indicaría que para que se establezca la conciencia, el cerebro debe estar completo.
Sid Kouider, un investigador francés señala: “En nuestro estudio vimos que bebés de cinco meses, no solo procesan la información hasta cierto punto, sino que también la retienen en la mente. Esto significa que si un estímulo desaparece de la vista, los infantes todavía pueden trabajar en ello”. Y esto ha sido demostrado en muchos otros trabajos electroencefalográficos, donde se aprecian las imágenes propias de un individuo consciente cuando piensa.
Y lo otro es que si bien no está demostrado, porque no hay como hacerlo, hay consenso científico, en que la conciencia abstracta no se manifiesta antes de 40.000 años en este planeta. De acuerdo con estudios de los Neandertal, que ocupaba la Tierra hace 200.000 años, formaban tribus de alrededor de 30 personas para poder subsistir, con responsabilidades muy acotadas, lo que hace suponer que eran un poco más evolucionados que grupos de chimpancés. Hace 40.000 años, cuando aparece Cromañón con un gran lóbulo frontal estableció grupos mayores, diversificando responsabilidades grupales, creando sociedades más civilizadas y extinguiendo al Neandertal.  Esto nos muestra que la conciencia abstracta requirió de un lóbulo frontal, que necesita desarrollarse hasta el 5º mes de vida extrauterina.

¿Qué ocurre al morir?

Hay trabajos que han demostrado que después de algunos minutos, cuando todos los signos vitales desaparecen, la conciencia ha “regresado” al cuerpo. Hay muchos testimonios de personas que “se han visto desde fuera de sus cuerpos” cómo les realizan maniobras de reanimación, pudiendo describir todos los detalles de lo efectuado, incluso pudiendo describir las acciones de cada uno de los que actuaron cuando “resucitaron”. Denominada “experiencia después de la muerte”, está aceptado científicamente, sin embargo, si estos minutos de maniobras de resucitación duran más de lo necesario, la conciencia nunca regresa, y lo que ocurre después, científicamente nada se sabe.

*Extracto simplificado del libro “Teoría de una deidad suprema” pronto a publicar.

Abrir chat
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?