Por Boris Gálvez Llantén
Director del Instituto Prana Kine, Viña del Mar
Autor del libro “La danza del águila: mensajes de un dietero”

Ayahuasca ríos bo
Maton cano abano
Ayahuasca medico
Moton yora payati
Payan payan boquinra
Neska neskaxamani
Chinitapo conibo
Ayahuasca ríos bo…

Los icaros (ikarra), o canto mágico medicinal, son melodías y ritmos que muestran las plantas maestras y enteógenas al momento en que el chamán entra en su dimensión (dieta chamánica).
El chamán canta abriendo el mundo de las plantas, llamando así a la naturaleza, guías y animales en el espíritu de cada ser.
Existen icaros de protección, alineamiento, normalización, armonización, florecimiento, etc, los cuales conllevan la ceremonia hacia la sanación, limpieza, purificación y salud. Sin embargo, muchas veces la visión dada por los brebajes maestros hacen que el chamán cante sin recordar lo expresado.
Los icaros son dominados por los chamanes y alinean la energía de las planta enteogenas (como la ayahuasca) al momento de entrar en cada persona. Cada canto equilibra la energía de cada persona o paciente en las ceremonias. Al momento en que la medicina “sube” (comienza su efecto), los síntomas y sensaciones de los asistentes a la ceremonia comienzan a expresarse, así no es extraño observar o vivenciar diversas manifestaciones como   visiones, mareos, vértigo, purga, malestares, llantos, temblores, etc. En dicho momento, el chamán también eleva su conciencia, eleva su vuelo y entra en el mundo de los espíritus de las plantas.

Gracias a los icaros las sensaciones y malestares comienzan a alinearse, comenzando la curación. La energía de las plantas maestras entran en el cuerpo y espíritu comenzando a danzar en las dimensiones paralelas de la naturaleza y el Universo.
“El chamán al elevar su conciencia se posiciona como un águila volando en los cielos y mirando cada detalle de la tierra”. Abre su perspectiva intuitiva entendiendo cada proceso de vida de las personas asistentes a la ceremonia. Debido a esto, sabe perfectamente lo que se debe trabajar y sanar en los asistentes.
Cada Ícaro anuncia el éxtasis chamánico, el cual nos invita al trabajo espiritual y visionario de la medicina. Asimismo, tiene un fin curativo, amoroso y de humildad hacia las personas asistentes en el ritual. Utiliza la resonancia vocal, la cual hace vibrar y traspasa hacia lo terrenal, el multiverso celestial. Debido a esto el canto es de vital importancia para la curación del ser humano.
El maestro curandero es el puente para el mundo mágico de la naturaleza. La manera de hacerlo es a través de sus cantos de poder, su danza, su energía, su conciencia, su humildad y actitud, los cuales lo hacen entrar en trance y abren el mundo de la sanación espiritual. Todo lo anterior se da en grandes iniciaciones chamánicas, dadas por muchos años de experiencia y retiros especiales.

Cada cultura tiene su forma de traer dicha información hacia el mundo terrenal, debido a esto la fuerza del canto, los sonidos, el lenguaje son trascendentales dentro de un contexto terapéutico. Ésta es una de las razones por el cual los curanderos indígenas cantan en sus idiomas, y no necesariamente se expresan con palabras que entiendan los participantes o receptores del encuentro.

Así lo recuerdan las lenguas madres, ancestrales e iniciáticas del inicio de los tiempos…

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