Por Valeria Solís T
Directora Mirada Maga Ediciones

«Cuando un sahumador se enciende, se transforma en receptáculo de lo divino, es el lugar en donde se encarnan las fuerzas cósmicas. Las sahumadoras somos las que bendecimos, las que abrimos las ceremonias, las que limpiamos, las que sanamos, las que ordenamos lo que está revuelto. Con los aromas de nuestras medicinas, elevamos rezos al cielo para que todo se armonice y así vivir mejor y más felices».

En su última participación televisiva, la actriz Roxana Campos personificó a una mujer campesina que se dedicaba a los conjuros de venganza. Fue un personaje que le encantó y disfrutó hasta los huesos, pero en forma natural los sets de televisión han ido quedando atrás pues está de lleno en otra área de su vida que ha cultivado por más de dos décadas: la sanación a mujeres a través de la energía lunar, los humitos sagrados, la conexión con la fuerza del útero: ella es sacerdotisa de la urbe.
En nuestra conversación, Roxana me recuerda cada cierto tiempo que es acuariana, que se mueve como el viento, y veo que tiene un ímpetu que traspasa sus movimientos histriónicos propios de la actuación teatral; si bien habla con pausa, sus brazos baten las ideas. No cuesta entonces imaginarse que cuando unos amigos le dijeron que en tres semanas se iban a la India, ella dijera de inmediato: “yo también voy”. ¿De dónde tanto impulso?, “es que la vida me lleva, yo voy donde siento que debo ir”.

Tus primeros recorridos fueron a la India, el Amazonas, México, ¿cómo surge esa búsqueda?
– El viaje fue un fortalecimiento de mi espíritu acuariano que necesitaba ver otras maneras de vivir y comprender la vida; en la selva la simpleza, la disciplina, la dieta, templar el espíritu; la India con su locura, su fervor y su silencio me hicieron entrar en la devoción, entender el servicio; también viajar con mi novio alemán durante 8 meses por latino y centroamerica fue una inmensa prueba.

La fuerza del humo que conecta las dimensiones

¿Cuál es el sentido de los humitos sagrados?
-Este nombre surgió, pues cada hierba tiene su medicina (su remedio) y al ser usado, el humo hace su trabajo; cada hierba tiene su aroma, que es real pero inasible, por eso que trabaja a un nivel más etéreo o espiritual. Hay hierbas para limpiar, para bendecir, para sanar, para activar, para calmar, y así. En definitiva, transmutan las vibraciones del ambiente y que, al ser trabajados con respeto y en forma ritual (siguiendo un protocolo por ponerlo en otras palabras y honrando a las tradiciones), se potencia más, pues no estoy sola, estoy apoyada por todo mi linaje familiar, también por mis maestras y por las maestras de mis maestras, que se alegran de estar allí, apoyándome, dándome fuerzas.


– Si te fijas, en la gran mayoría de las tradiciones espirituales está el humo, y él siempre va primero, porque prepara el espacio: despeja, transforma, lo deja limpio para realizar cualquier tipo de rito o celebración, y las sahumadoras somos las que abrimos las ceremonias, abrimos los portales para que ocurra el culto, para que baje el espíritu, ya que él es un receptáculo divino que conecta los mundos terrenos y celestiales y, por cierto, todos los participantes son bendecidos y purificados por este humito sagrado. La sahumadora es también la que cuida las ceremonias, para que nada entre a perturbar ni a distraer la atención, tanto de los participantes como de la persona que está guiando y elevando el rezo, y nosotras estamos siempre a su servicio.

En este sentido, ¿qué ha significado para ti ser sahumadora? pensando que algunos hablan de sacerdotisas…
-Es iniciarse en un camino de compromiso con la tradición, en este caso con la tolteca-mexhica; es también un camino de profunda sanación personal y al servicio de la comunidad. Sosteniendo este instrumento sagrado (el sahumador), nosotras, las sahumadoras, establecemos sutiles conexiones entre el mundo material e inmaterial. Nuestro sahumador hace de puente y al incorporar en él las medicinas (hierbas) vas abriendo, limpiando, ordenando,bendiciendo.

-Al paso de los años, trabajando con este instrumento sagrado, te vas sintiendo más poderosa, porque has ido limpiando, mejorando todos tus dolores y turbiedades, pero eso es sólo tu ego, pues como este camino es una espiral ascendente, lo mejor es trabajar con humildad ya que siempre el espíritu te está poniendo pruebas. Una sahumadora requiere de mucha impecabilidad, pues esta trabajando la conexión con el cielo y con la tierra, y para eso es mejor ser un canal limpio, puro, equilibrado, por donde todo fluya libremente. Si está sucio se queda atascado y te afecta, y el instrumento te lo cobra también, rompiéndose.

¿En qué consiste tu taller?
-Básicamente les enseño lo que es un sahumador, cómo protegerse, el uso y encendido, cómo limpiar personas y lugares, qué tipo de hierbas usar, y todo esto enmarcado en su propia sanación uterina, pues esta jicara sagrada es el símil de nuestro útero, y en el taller hacemos una limpieza muy profunda de todas las memorias dolorosas grabadas allí, y posterior a eso, hacemos un trabajo de empoderamiento y enraizamiento para dejar ese espacio iluminado y sostenido por las energías superiores de nuestra madre tierra. Si bien les enseño a sahumar, fundamentalmente intento fortalecer a mis hermanas, a darles herramientas, mostrándoles puertas de salida a esas conductas de adicción al sufrimiento, para que caminen más felices por esta vida.

¿Por eso está dirigido sólo a mujeres?
-Claro, además, el popochkomitl , copalera o sahumador es un cántaro que semeja nuestro útero, y contiene los 4 elementos; se trabaja desde nuestros vientres, desde nuestro centro de creatividad y poder, por eso está la necesidad de limpiarlo, para así trabajar con propiedad, seguras, sostenidas y en equilibrio con nuestro femenino y masculino, para lo cual antes de sahumar realizamos un poderoso ejercicio de enraizamiento que,  por cierto,  será nuestro sostén durante el trabajo.

Si lo unimos a la conversación inicial, ¿qué ha significado para ti enseñarle a otras mujeres el valor de los humitos sagrados?
-Una sanación inmensa, pues todas son mi espejo. Por otra parte, es una gran satisfacción ver los cambios generados en ellas, vuelcos en sus vidas al 100%, donde dejan atrás ¡todo lo que les impedía ser mujeres! Retoman su poder, se enraizan, asumen su compromiso de cuidar a la madre tierra, se conectan con su centro de poder: su útero, sus ovarios, su sangre. Sus testimonios son realmente conmovedores.
Roxana me da a conocer un mensaje que recibió de una de las participantes: «las tres amigas te estamos muy agradecidas, fue una experiencia dura, conmovedora y renovadora. Ha sido una época muy difícil para todas y cada una en su medida encontramos en ti ese impulso sanador que nos ha hecho mirar hacia adelante con ojos de ilusión y sin el lastre del pasado. Te quería dar las gracias por el precioso taller que nos ofrecisteis».

Entiendo que has ido a muchos lugares para limpiar los espacios, como la Moneda, la Catedral de Santiago… ¿Cuál es el sentido de estas limpiezas?
-Hemos estado haciendo junto al Círculo de mujeres «humitos sagrados», diversas caminatas por espacios que nos parecen que tienen una memoria dolorosa, como La Moneda , Villa Grimaldi , Casa de la memoria José Domingo Cañas, exteriores de la Catedral. Sabemos que al caminar estas rutas en absoluto silencio y portando nuestro sagrado sahumador, podemos hacer que las energías cambien, cortar de raíz el dolor, la rabia y, de esa forma, ir sanando, transmutando esas vibraciones negativas, bendiciendo, poniendo luz en esos espacios marcados por la violencia y la represión. Todo esto, por cierto, inspirado por nuestras hermanas del “Círculo de las Reginas de México», cuyas encargadas son Ana Luisa Solís y Margarita Regina; ambas mujeres, a partir del año 1968, comenzaron con las caminatas sagradas, que realizan hasta hoy.

Entonces se puede limpiar tanto un espacio como a una persona, ¿qué diferencias hay entre una y otra?
-Puedes hacer muchas cosas con los humitos sagrados; sanar personas, limpiarlas de larvas, lacras, pero obviamente eso también requiere de maestría, de tu comunión con el instrumento. A mayor tiempo, más aprendizaje, y más información te va llegando, y tú te vas volviendo más fuerte para sostener y sacar lo que ya cumplió su ciclo. Por eso que, para limpiar espacios en los que se ha torturado por ejemplo, vamos muchas sahumadoras, pues son lugares que energéticamente están muy cargados, y se necesita fuerza y sostén para transformar y resistir esa oleada de dolor,  y nosotras la tenemos, somos las que mes a mes sangramos y ofrendamos esa sangre a nuestra madre tierra, somos la que parimos a todos los habitantes de este bello planeta, somos las guardianas de la Tierra.

En estos últimos años ¿te has dedicado exclusivamente a dar talleres de humitos sagrados y a seguir aprendiendo y compartiendo este conocimiento? 
-Sí, se ha dado naturalmente. Sucede que cuando llegas a cierta edad, te preguntas qué es lo que realmente te mueve; qué quiero desde el fondo de mi ser, y me di cuenta que paralelo a mi quehacer teatral siempre estuve sanándome con terapias, viajes de poder, cursos, etc.; entonces decidí enseñarlo, quería y quiero sanarme ayudando a sanarse a las mujeres de esta tierra, pues creo que de nosotras depende el cambio, porque somos las madres, las que incubamos ese ser por 9 meses, lo parimos y después lo educamos. Y comprender que  tu sanación es la mía, tu gloria es la mía, ¡juntas la hacemos! Es mejor que todas nos sepamos la canción, así suena más fuerte, para que se escuche en todo el planeta.

Y este camino ha incluido mucho viaje también…
-La verdad es que no he parado de viajar. Es tan bello Chile, pero también es muy bueno salir de él… La cordillera si bien nos da toda su fuerza, también es un farellón;  a México estoy yendo desde hace 4 años consecutivamente por la danza de la luna, y allí tengo varias maestras: la abuela Margarita Regina, la abuela Ana Luisa Solís, la abuela Tonalmitl… También me he iniciado con mujeres en Brasil, Colombia, España, Turquía y por cierto, por todo nuestro amado Chile, pero debo decirte también que las danzas de paz universal (es líder certificada) es también otro de los trabajos que realizo con pasión, por Chile y el mundo. Este año por ejemplo, estuve en Turquía girando en un sema sufi que duraba 99 días. D-i-v-i-n-o.

Entonces, ¿dejaste por un tiempo la actuación?
-Esto es algo que también se ha dado naturalmente. Participé del rodaje de un corto hace poquito, como homenaje a todos mis amigos homosexuales, pero, en general, por motivos de trabajos y viajes, me he visto en la obligación de decir que no a dos trabajos en la televisión. Mi vida por ahora está muy hermosa y florida. La Diosa dirá, ella sabe por dónde me lleva y qué caminos quiere que recorra. Todo es perfecto y como tiene que ser, estoy a su servicio. Contacto en humitosagradosroquita@gmail.com / 9.7890161

Quién es
Roxana Campos es una reconocida actriz de reparto (Universidad de Chile) por sus papeles imborrables en televisión; ha realizado más de 18 producciones desde el año 1982 con la juvenil teleserie “De cara al mañana” hasta su última producción en “La Quintrala” (durante 27 años fue parte del área dramática de TVN y desde hace dos en Chilevisión) Ha sido también una destacada mujer de cine y teatro. Formó parte del Gran Circo Teatro de Andrés Pérez, un amigo connatural, con quien hizo teatro callejero hasta llegar a los escenarios multitudinarios con obras como “La negra Ester”.
Líder certificada de las danzas de paz universal, (danzas sufíes que llegaron a Estados Unidos en la década del ’60 traídas a América por Samuel Lewis, y a Chile hace 30 años por Yakzan. Son danzas de diversas tradiciones espirituales). Fundadora de los círculos de mujeres, Roxana Campos se ha especializado en difundir el poder de sanación del humo de las plantas medicinales a través de el taller «Humitos sagrados».

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