Por Valeria Solís T.
Escritora, periodista, Terapeuta Adaba
Directora Mirada Maga

Mucho se habla del poder del inconsciente, pero la pregunta sigue siendo cómo podríamos hacer modificaciones en ese misterioso campo personal. En la última década, cada vez hay más científicos que se han preocupado de profundizar en esa área para poder guiar y sanar a otros. Vital, si pensamos que muchas enfermedades tienen su origen en una información guardada por años en nuestro inconsciente y no sólo eso, su origen incluso se podría remitir a nuestros ancestros. Conversamos con una especialista en biodecodificación y nos mostró todo un mundo a explorar.

Cecilia, ¿cómo llegas a las terapias que tu calificas como de las emociones?
-Llevo diez años en esto, y la forma en la que llegué fue absolutamente personal. Yo buscaba respuestas para mi propia vida. Mi mamá tenía conflictos emocionales, pasaba muy enferma y yo siempre me decía “debe haber una manera distinta de resolverlo”, porque veía que no podía salir adelante con sus problemas del corazón, emocionales, una infinidad de cosas, entonces eso me llevó a investigar y a buscar las respuestas. Pasaron los años y mi mamá murió. Yo en esa época me dedicaba a una actividad totalmente distinta: tenía un negocio con mi socio, que era mi pareja, y lo primero que sentí fue curiosidad por las flores de Bach, pero lo inicié sola; compré el set y me decidí a preparar yo misma las esencias, tenía un poco de nervios porque sabía que algo iba a pasar… mi vida comenzó a moverse fuertemente, y ahí decidí tomar el curso de las esencias florales y comencé a atender a personas, partí con dos consultas a la semana.

Entiendo que una de las características de las flores de Bach tiene que ver con movilizar las energías pero unidas a lo emocional, ¿es así?
-Las esencias florales trabajan principalmente lo emocional, porque el doctor Edward Bach planteaba que las esencias florales actúan como si el cuerpo fueran capas de cebolla; es decir, tú estás muy conflictuada y calmas esas emociones, pero luego aparecerán otras, entonces es un proceso de autoconocimiento de tu emocionalidad. Entonces, qué pasó: cuando yo estaba haciendo consulta veía gente enferma, incluso físicamente, y yo decía no saco nada con resolver un tema emocional si la persona además tiene un dolor físico, entonces eso me llevó a aprender reiki, y después biomagnetismo, y con esta última disciplina se abrió una puerta muy importante en mí.

Lo que ibas aprendiendo lo vinculabas con tu propio proceso…
-Claro, yo sentía la energía que había ahí y decía: ¡la vida es otra cosa! Me empecé a cuestionar el sentido de la vida desde la energía que yo empezaba a sentir con mis pacientes, y ahí me llené de gente y tuve que dejar mi otro trabajo, me separé y viene toda una crisis, un cambio. La vida se ha encargado de meterme en un remolino para poder sentarme aquí sintiendo que estoy entendiendo lo que le pasa al otro.

Después llegas a la biodecodificación…
-Aprendí las leyes biológicas, vino un doctor mexicano a dar una charla y se me abrió un mundo distinto: el sentido biológico de la enfermedad.

¿Eso cómo se traduce?
-En que cada vez que tienes un conflicto emocional vivido en estrés, inesperado para ti, donde no hay una solución inmediata del conflicto, se reciente nuestro cerebro, nuestra siquis y un órgano del cuerpo. Y eso ocurre de manera automática. Esto es el descubrimiento del doctor alemán Hammer, entonces ahí comprendí que la enfermedad está asociada a un shock biológico.

¿Una situación traumática que repercute en el cuerpo de la persona?
-Por ejemplo, por la puerta entra un depredador, eso sería algo inesperado, no tengo una solución inmediata y me lo vivo en estrés. Después viene alguien y lo captura o el depredador se va, pero yo me voy a mi casa y siento esta carga: me desvelo, estoy inquieta, traspiro, y empiezo a procesar un conflicto emocional que en el momento en el que ocurrió no tenía una solución inmediata. Así hay infinitas manifestaciones… Por ejemplo, alguien que se suicida, es un shock biológico, o cuando hay una muerte de un hijo o cuando te dicen cáncer de pulmón, entonces tu siquis se reciente, tu cerebro y de acuerdo a cómo te vivas ese conflicto, se determinará el órgano en el cual va a repercutir.

Desde algo relativamente menor hasta cosas muy graves…
-Claro, la escala es amplia; por ejemplo si a las dos nos despiden, yo me puedo vivir ese despido como una oportunidad para tomarme vacaciones, pero tú lo puedes vivir como un shock traumático, porque tú estás a cargo de tu familia, y se reciente el cerebro, la síquis y un órgano. En el caso de la pérdida de dinero se puede traducir en que el hígado se recienta, porque de manera inconsciente tiene que ver con “la despensa” de nuestro cuerpo. Entonces de acuerdo al estudio del doctor Hammer se basaron otros importantes estudiosos como Salomon Sellam, un médico francés que estudió la biodescodificación, o Enric Corbera. Yo estudié con Corbera y ahora estudio con Sellam.

¿Cómo llegas a especializarte en este método de sanación?
-Llega dentro de mi propia búsqueda, conozco a Corbera y escribo a España para saber dónde puedo tomar los cursos. Yo recién venía llegando de España, tras conocer a Susan Powell que hace un trabajo energético (toque zen)… No me iba a devolver a España, así es que les pedí que cuando estuvieran en Sudamérica me avisaran y a los tres meses me avisan que harían un curso en Cuzco (Perú) Así, fui una de las primeras chilenas en estudiar con Corbera, estudié todos sus módulos. Es un mundo apasionante.

¿Cuánto duran los módulos?
-Son tres módulos, que me los tomé distanciados, porque es demasiada información que es necesario asimilar bien, y además de la información que te dan, necesitas estudiar muchísimo más. Es infinito. Empecé a tratar con esta terapia y llegaron cada vez más consultantes, y paralelamente mi vida comenzó a solucionarse impresionantemente. Primera vez en mi vida que estaba haciendo un seminario, donde estaba resolviendo cosas profundas mías. Además soy una buscadora, tengo que entender lo que me pasa.

Y los cambios que tuviste ¿se referían a temas emocionales o físicos, o se refiere más a la apertura mental donde comprendes más sobre la vida?
-Las tres cosas: yo he pasado conflictos biológicos, de salud. Cuando estudié con Corbera entendí de dónde venía mi conflicto de salud, yo vengo de una historia donde mi madre se suicidó. Después de un tiempo sentí que tenía que profundizar más, así es que comencé a estudiar con Sellam que es un maestro de la sicosomática clínica, se centra en cómo la siquis afecta nuestro cuerpo, porque como pensamos es como vivimos nuestros conflictos. Él también es un experto en el árbol genealógico, entonces tomé el módulo de dos años de formación.

¿La biodescodificación apuntaría a que uno podría resetear el cerebro como lo hacemos con un computador?
-Usa distintas metodologías para llegar al conflicto de la persona; aquí en mi consulta se sientan personas con conflictos emocionales, económicos o personas físicamente enfermas, como cáncer, entonces vemos cuál es el conflicto que hay detrás. En ese sentido, cada vez que una persona se sienta frente a mi, jamás pienso que está enferma, porque la enfermedad no existe. Esas son palabras de mis maestros, ¿y por qué no existe? porque si está enferma estaría basándome en un antiguo paradigma, donde las respuestas te las dan otros. En cambio, acá yo busco donde está el bioshock,  voy a la raíz.

Es poco probable que la persona tenga conciencia del origen…
-Claro, la persona no sabe donde está el origen. La persona suele venir con el antiguo paradigma y pueden sentarse acá y decirme, «tengo colon irritable y creo que viene por tal razón», y yo les digo: «no me cuentes nada, porque todo lo que me vas a contarme es desde un procesamiento consciente, y eso es mentira». Nosotros funcionamos como un iceberg que flota en el agua, y para que pueda flotar ese iceberg tiene una base muy grande que la sustenta; nosotros funcionamos así, el iceberg es nuestro consciente y la base nuestro inconsciente, es decir, nuestro inconsciente nos gobierna en un 95% y ahí están todos nuestros conflictos, nuestras enfermedades y, sin embargo, tratamos de entender la vida desde el 5% consciente. Entonces dejo al paciente en silencio y hacemos un ejercicio. Se emplean distintas metodologías: por ejemplo, programación neurolingüística, donde llevas a la persona a distintos momentos; o las composiciones perceptivas; o la hipnosis ericksoniana, donde la persona entra en un estado de relajación profunda, y así podemos llegar al inconsciente, que tiene toda, toda la información.


-El inconsciente tiene toda la información de tu vida, desde que naciste: tú no te acuerdas, pero el inconsciente sí. Además, está la información de lo que se llama “proyecto sentido gestacional”, esto se refiere a que todo lo que le pasa a la madre cuando la persona está en el vientre, los nueve meses más los tres años de vida de la persona, inconscientemente lo tienes grabado como si fuera tuyo. Como el inconsciente está siempre a cargo de que tú vivas, de tu sobrevivencia, entonces es él que nos mantiene alerta, si fuera necesario.

El origen entonces puede estar en distintos espacios…
-Sí, puede estar en tu vida actual, que se llama cronológica; el proyecto sentido gestacional, que es lo que te decía, que todo lo que le pasó a tu mamá cuando estabas en el vientre, lo llevas como si fuera algo tuyo; y está el transgeneracional, que se refiere a la influencia de los ancestros. Para eso se busca donde están los códigos que se repiten o conectan por fechas, nombres, similitudes en los ancestros y se realizan asociaciones. Hay conflictos unifactoriales o multifactoriales, es decir, llegan personas cuyo origen esta en su vida cronológica, pero también puede venir asociada a muchos eventos de tu árbol genealógico. Hay que hacer una búsqueda.

Como no se suele tener siempre información de los antepasados, incluso algunos no conocen a sus padres, ¿cómo se puede aplicar en esos casos esta terapia?
-Hace poco trabajé con un joven de 27 años y no sabía nada de sus antepasados, trabajamos con una relajación profunda y le pedí que pusiera a sus abuelos frente a él, y comenzó a sentir una energía, porque el inconsciente tiene toda la información, no sólo la tuya, sino la de todos tus ancestros. Lo que te permite este método es ver cómo te identificas en el pasado; cómo para hacer tu vida hoy, sacas información del pasado. El método te indica, “esto es de tu abuela; esto viene del periodo gestacional, y esto otro eres tú”, entonces visualízate hacia adelante.

¿Hay un número de sesiones?
-Es muy relativo, hay personas con enfermedades como cáncer y a la cuarta sesión recién vienen los cambios, pero también una chica con depresión me dice que no le ha funcionado nada. En ese caso le pregunté si las sugerencias y direcciones que le había dado para que trabajara consigo misma las había hecho, y me dijo que no. Es importante que el paciente resuelva activamente, en el caso de ella tenía que hablar con su abuelo y plantearle una situación del pasado y cuando lo concretó, sanó. Entonces la cantidad de sesiones están relacionadas con lo que haga la persona, porque en ti están todas las respuestas.Una es el acompañante en biodecodificación, que muestra dónde está el conflicto, y donde una sugiere actos, ejercicios, y la persona decide si lo hará o no.

¿Si uno no tuviera una enfermedad física, cómo sabemos que nuestro inconsciente se dio cuenta, o si alguien tuviera continuos problemas económicos por ejemplo?
-Hace dos días atendí un joven con ese caso, problemas económicos, e hicimos unos ejercicios con programación neurolingüística y él me dice “es mi abuela”, entonces hicimos un trabajo para que hablara con su abuela (visualizaciones); se provocó un duelo, se aceptó la situación, la abuela “lo soltó”, y en ocho horas me llama el paciente para avisarme que le ofrecieron un muy buen trabajo. Entonces si me preguntas, ¿cómo el inconsciente se da cuenta? Te da una prueba, un hecho que el conflicto lo entendió. Yo tengo tantos casos de situaciones similares, pero todavía me sorprendo.

¿Información de vidas pasadas no se considera en esta terapia?
-No, nosotros trabajamos con los ancestros, entendiendo que lo que se provoca es un drama, sabemos que la influencia de tus ancestros puede llegar hasta una tercera generación. Por ejemplo, una muerte injustificada de un niño ¡es un drama!, la madre queda en duelo y esa experiencia no se olvida, y para poder sanar esa memoria de dolor, hay un niño en una segunda o tercera generación que empieza a sufrir situaciones parecidas, porque el árbol genealógico es como un móvil con muchas piezas, y cuando se corta una pieza, porque hay un drama familiar, hay un desequilibrio, viene una descarga a nivel de árbol genealógico que busca lograr poner una pieza parecida para recomponer. Cuando comprendes eso, se comienza a trabajar el conflicto, y en el caso de este joven, no sabía la historia de su abuela y se emocionó al saber el nivel de carencia y dificultades que había tenido para vivir. Finalmente, de lo que se trata es de volver a amar al clan.

Imagen principal: Valeria Solís T.

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