Por Valeria Solís T.
Directora de Mirada Maga 

Para esta edición de cierre de año, elegimos dos libros de escritoras del Cono Sur, pero el azar nos llevó a que además tuvieran el mismo nombre. Reseñamos una novela con la frenética claridad y pulso de alguien que viene del periodismo y tiene trayectoria en la investigación y la literatura como es Claudia Piñeiro; y una novela corta, escrita con la frescura del lenguaje y el relato, que nos hace deambular inteligentemente entre dos tiempos, de Claudia Apablaza.

Nada es lo que parece; todo puede ser peor, podría ser la consigna de esta novela escrita por la periodista y escritora argentina Claudia Piñeiro. Jugando con los narradores de la historia que protagoniza Román Sabaté, es una novela que agarra de principio a fin, sobre todo a aquellos lectores que les gusta los temas contingentes, por acá uno puede espejear hechos que ha visto en las noticias, como también los misterios propios para un detective, que cuando los hacen los periodistas suelen ser más humanos y divertidos, o bien que les guste la vida desde las emociones, a ratos uno se conmueve con todos hasta con el más perverso. De manera que esta mixtura de atractivos no es menor, si uno piensa que hay muchos libros dando vuelta que apenas atraen por un único elemento. Sin embargo, la herramienta que más distrae, y no actúa de meseta ni puente, y que es precisamente lo que lleva a llamar «las maldiciones» al libro, son los apuntes periodísticos de uno de los personajes (para argumentar la, aparentemente, histórica maldición de que ningún gobernador de la provincia de Buenos Aires podría llegar a ser Presidente de la República) detallados y masticados extensamente. La novela relata la historia de un joven de provincia que llega a trabajar con el gobernador de Buenos Aires de manera inesperada -acompañaba a su mejor amigo a la postulación quedando él y no su amigo- sin que se lo hubiera imaginado como si la vida lo hubiera empujado a seguir un determinado camino, pero como una veleta, sin mucha fuerza ni coraje, fue siendo involucrado en aspectos tan personales de su jefe que terminó siendo sobrepasado por la realidad. Una realidad que va mostrando al lector cómo la vida pública que vemos de las autoridades, lo que dicen, lo que hacen, cómo se mueven podría ser sólo una suerte de obra de teatro, es decir, la verdad está atrás, en las bambalinas. El protagonista, de manera impulsiva se rebela y se transforma en un antihéroe, muy propio de la literatura trasandina. Claudia Piñeiro. Las maldiciones. Editorial Alfaguara. 319 páginas

No hay lugares comunes ni concesiones a los clichés. Estar embarazada o incluso desearlo, puede resultar un camino bastante más crudo y menos cercano a los colores pastel de la gestación; puede tener más sabor a angustia, ansiedad, temor que tranquilidad, cobijo o ricos aromas. En su última novela, la escritora chilena Claudia Apablaza nos permite deambular precisamente entre esos dos espacios, los de una posible espera de embarazarse  y el estar embarazada, por eso, la disonancia que provoca el título ( ¿ está embarazada o no?) se despeja en las primeras páginas de lectura. Ana, la protagonista está con una alergia insostenible, una reacción que ocurren al mínimo de mujeres en el mundo que están embarazadas y que concluye una vez nacido el hijo. Una alergia que se calma con el aire fresco de la noche y sostenible con los recuerdos. ¿Qué es peor, las vivencias plasmadas en un diario de vida escrito años atrás cuando bordeando la irracionalidad la protagonista buscaba embarazarse con quien fuera porque ya rondaba la edad para hacerlo -o no poder hacerlo- o tener esa molestia diaria durante nueve meses? La novela breve escrita por Apablaza no deja indiferente ni por la capacidad de llevar al lector a navegar por los bailoteos mentales de una mujer ni tampoco por la forma de relatarlo. Claudia Apablaza. Diario de quedar embarazada, sello B de Penguin Random House. 227 páginas

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