Por Valeria Solís T.
Directora Mirada Maga

Iniciamos este año 2019 con dos libros escritos por mujeres, sólo una sincronía que llegó a mis manos. La última novela de la escritora y periodista española Julia Navarro y el primer libro de la sicomaga o curandera urbana como le gusta llamarse, Gabriela Rodríguez. Ambos libros de una forma u otra se entrelazan al hacer patentes las huellas de las memorias familiares en nuestros pasos. Todo parece indicarnos que no éramos tan libres como pensábamos. Las memorias guardadas en las células se manifiestan de vez en cuando, muchas veces sin aviso.

A veces el ser periodista que escribe una novela puede ser un gran plus al contextualizar situaciones históricas donde los personajes inventados calzan  de tal manera que generan más y más cercanía con el lector, pero a veces también puede ocurrir que se acude a los datos históricos por una suerte de inquietud de no estar siendo fiel o leal a la verdadera noticia, a la historia que sí ocurrió el a realidad y que fuera constatada en los diarios de época. En ésta, la última novela de Julia Navarro a ratos pareciera pecar de este segundo estado, pues ante la necesidades de explicar con mayor fidelidad el contexto histórico se desdibujaba el deambular sicológico de los personajes y, una cosa práctica, la dificultad de leer un libro que bordea las 1000 páginas. Sinceramente, con unas 200 páginas menos no se hubiera cometido ninguna imprudencia ni a la historia ni a la vida de los personajes. Ahora, enfocándome en lo que nos regala esta novela, nos encontramos con la historia de tres familias españolas que se enfrentan a los cambios políticos y sociales tras la guerra civil española, por medio de la relación de sus tres hijos: Fernando, el hijo del editor de libros detenido por su pensamiento liberal y quien buscará hacer justicia a costa de su propia vida; Catalina, la joven y única hija de una matrimonio anti republicano, llena de convencionalismos y fantasías aspiracionalistas y Eulogio, huérfano de un padre asesinado en la guerra y de una madre que por proteger a su único hijo sufre los abusos de un mediocre comerciante franquista. Un día, una noche tan oscura como la dictadura, estos tres jóvenes deciden unir sus vidas buscando libertad, justicia y vida. El recorrido los hará pasar dolor, miedo, esperanza, locura, arrepentimiento y muerte, todo en medio de una Europa que expele la crueldad de la segunda guerra mundial. El recorrido del tiempo de la historia mundial como la de los personajes van cautivando al lector, esperando respuestas, justicia y llenarse de realidad y ficción.«Tú no matarás». Julia Navarro. Sello Plaza y Janés. 990 páginas.

Más de una década demoró Gabriela Rodríguez en decantar lo que deseaba compartir en este libro. la pregunta de fondo era cómo contarles a los otros la importancia de la memoria de nuestros ancestros que llevamos en la sangre sin contar episodios claves de su propia historia. Así lo hizo, y aquí vemos la lucidez de la reflexión que atraviesa el libro al darnos a conocer cuán influenciados estamos de las experiencias de nuestros ancestros, los que no necesariamente conocimos y que sin embargo, afectan en nuestras decisiones, nuestro devenir, nuestras opciones y, por tanto, cuán importante resulta poder sanar aquellas experiencias que integramos como un concreto bloqueo en nuestras vidas. Así, en el libro no sólo comprendemos la experiencia de la autora y la propuesta de la memoria de la sangre, sino también testimonios de personas que han acudido a ella para sanar memorias por medio de actos sicomágicos. Sin duda, una mirada de la realidad que no deja indiferente al lector. «La memoria de la sangre». Gabriela Rodríguez. Sello Aguilar. 178 páginas.

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